Juan Gormaz Gormaz, natural de Castellar de Santiago, pero que desde niño se trasladó a Ciudad Real, está dedicado desde al sector de la ferretería y maquinaria de construcción, desde finales de los años 70.
Su andadura profesional comenzó en el sector comercio de la capital tanto en Viuda de Marino Fernández como Marino Muebles, y ya fue dado de alta entonces con 14 años, por lo que son ya 49 años cotizando. Tras sus pasos por ambos establecimientos, “donde mi principal labor era la de contable, pero en esos tiempos se hacían todo tipo de funciones”, comenzó a compaginar tanto esta labor (también en otras empresas), como la de agente comercial, -antes de cerrar ambos comercios-, “gracias a un representante amigo suyo que le dio a conocer esta profesión”. Así sus primeros pasos como agente comercial comenzaron en el sector de la ferretería con la asistencia a ferias como Ferroforma en Bilbao y se fue introduciendo en este gremio como en el de muebles, ya que ambos eran conocidos por su actividad anterior. Sobre sus comienzos se refiere que los primeros pasos siempre son complicados, “con un coche viejo con el que desplazarte, una hipoteca, los hijos, pero “había que echarle valor a la vida para sacar adelante una familia, después del cierre de estas dos tiendas”. Poco a poco el negocio fue creciendo, “gracias principalmente al apoyo de mi mujer, Marisa, que también participaba como la que más en el negocio y el éxito que hemos obtenido es en gran parte a ella”. En la actualidad desarrolla su labor en las provincias de Ciudad Real y Toledo, con el apoyo de dos de sus hijos, “pero esta profesión ha cambiado mucho en todos estos años, en la forma de venta, el trato, la forma de llegar a acuerdos, etc.”. Así explica que antes el cliente te esperaba, “y ahora parece que todo es con más prisa y que no quiere recibirte o que lo hagas rápido; la relación con el cliente es ahora mucho más fría, además que las maneras y las fidelidades no son las mismas”. Va siendo una práctica habitual, añadió, que el tiempo del agente comercial no sea valorado, porque parece que sólo vale el del cliente, antes había una atención mayor y no existían una “amenazas de lo que este profesional no es culpable en la mayoría de los casos”. En este sentido manifiesta, que por tanto, ahora las nuevas tecnologías son fundamentales para esta profesión, “por las nuevas formas de trabajar, ya que además la venta es más complicada en la actualidad”. Preguntado sobre su profesión dijo que seguirá “hasta que el cuerpo aguante, porque es mi vida”, también se refirió que el sector de la ferretería siempre ha estado saneado, dentro de los vaivenes tradicionales que padecen todos los sectores. Por último y en relación al premio, subrayó que siempre es de agradecer un reconocimiento a muchas horas de trabajo y desvelo para sacar una familia adelante, “darle valor también a una buena atención y profesionalidad de muchos años; además de significar que ya tengo muchos años como colegiado y en el sector”.